JAPÓN, 1945 Tras la rendición de la Alemania nazi al final de la Segunda Guerra Mundial, Japón se negó a rendirse y la guerra en el Pacífico continuó. A pesar de sus enormes pérdidas, los japoneses continuaron luchando casi fanáticamente. Todavía pensamos en los pilotos kamikaze que realizaban ataques suicidas contra los barcos estadounidenses.
En un esfuerzo por terminar la guerra lo antes posible y socavar la voluntad japonesa de continuar, Estados Unidos se vio obligado a tomar varias medidas radicales. Ciudades como Tokio, Osaka, Nagoya, Kobe y muchas otras se convirtieron en blanco de bombardeos masivos. El fuego tuvo una fuerza verdaderamente destructiva contra la arquitectura japonesa hecha de madera y papel.
Cuando ni siquiera la destrucción generalizada de las ciudades japonesas logró frenar la voluntad de los japoneses de continuar, Japón se convirtió en el primer país en sentir la fuerza de la explosión de la bomba atómica, que los estadounidenses fueron los primeros en construir gracias al Proyecto Manhattan. Una bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y la segunda sobre la ciudad de Nagasaki tres días después. El poder desconocido de la fisión atómica finalmente obligó a los japoneses a rendirse.
Hasta el día de hoy, el método de guerra de Estados Unidos contra Japón ha provocado acalorados debates sobre ética y moralidad. Los ataques se llevaron a cabo contra una población civil que apoyaba activamente la guerra. Se estima que el número de civiles muertos durante todos estos bombardeos oscila entre 500.000 y 900.000.
En un esfuerzo por terminar la guerra lo antes posible y socavar la voluntad japonesa de continuar, Estados Unidos se vio obligado a tomar varias medidas radicales. Ciudades como Tokio, Osaka, Nagoya, Kobe y muchas otras se convirtieron en blanco de bombardeos masivos. El fuego tuvo una fuerza verdaderamente destructiva contra la arquitectura japonesa hecha de madera y papel.
Cuando ni siquiera la destrucción generalizada de las ciudades japonesas logró frenar la voluntad de los japoneses de continuar, Japón se convirtió en el primer país en sentir la fuerza de la explosión de la bomba atómica, que los estadounidenses fueron los primeros en construir gracias al Proyecto Manhattan. Una bomba atómica fue lanzada sobre la ciudad de Hiroshima el 6 de agosto de 1945, y la segunda sobre la ciudad de Nagasaki tres días después. El poder desconocido de la fisión atómica finalmente obligó a los japoneses a rendirse.
Hasta el día de hoy, el método de guerra de Estados Unidos contra Japón ha provocado acalorados debates sobre ética y moralidad. Los ataques se llevaron a cabo contra una población civil que apoyaba activamente la guerra. Se estima que el número de civiles muertos durante todos estos bombardeos oscila entre 500.000 y 900.000.
