Cuando el policía militar Carlos Eduardo Nunes Pereira regresó inesperadamente temprano a casa del trabajo, encontró a su esposa, Bruna Lícia, en la cama con su amante. Cuando lo vio penetrando a su esposa, su cerebro quedó en blanco. Agarró un arma y les disparó a ambos en el acto. Su amante fue identificado como José Willian. Según se supo, Bruna mantuvo una larga relación amorosa con él. Él venía a follársela casi cada vez que Carlos estaba en el trabajo. Después del crimen, Carlos no intentó huir ni esconderse. Fue a casa de su tío, que es sargento de policía, entregó el arma homicida y confesó todo. Carlos fue acusado de asesinato.
Última edición: