Una mujer de 41 años, de Lalitpur, Katmandú, Nepal, que fue decapitada por su marido en su dormitorio. La víctima fue golpeada en la cabeza con un martillo mientras dormía y luego arrastrada a un rincón de la habitación y le cortaron la cabeza con una “khurpa”, que es una hoz de cosecha de fabricación local. Todos los órganos internos estaban pálidos debido a la pérdida masiva de sangre, lo que significa que las heridas fueron infligidas cuando el difunto estaba vivo. Tras la autopsia se determinó que la causa de la muerte fue decapitación homicida.