Hace algunos años, me encontraba jugando fútbol con mis amigos. Yo estaba de portero; todo iba bien hasta que fui golpeado con el balón directamente en los genitales. Sentí un dolor desgarrante, indescriptible. Tuve que ser llevado al hospital, porque lo único que me faltó fue llorar. Me dijeron que el golpe no había causado muchas fracturas ni cosas así, pero había sido bastante fuerte y tal vez tendría problemas para orinar. Además, me ardía mucho cuando meaba. En algunas ocasiones, la orina salía con sangre, pero eso no era lo peor. Podría estar extremadamente excitado, pero no sé, mi pene no se ponía erecto. Podía tener a una mujer desnuda moviendo el cuerpo frente a mí, pero nada me hacía que se me parara. Después de casi un mes, y sin la necesidad de ir al médico, noté que el dolor al orinar se iba reduciendo hasta que, exactamente un mes después, mi pene volvió a la normalidad. Ahora, ya se me "paranormal".