Hay numerosas variaciones de esta cacería salvaje en toda Europa, pero un enamorado del folclore noruego como Arbo optó por ilustrar a Odín montando a su caballo de ocho patas Sleipnir, acompañado de una horda de cuervos negros como el carbón, valquirias con las tetas al aire y berserkers de todo tipo. Dos de ellos parece que han cazado a unas pobres chicas y una es llevada por los pelos volando.