La carrera criminal de un joven gánster terminó con varios disparos de revólver en la cabeza. Los verdugos siguen disparando aunque la víctima esté aparentemente muerta. El motivo suele ser que quieren mutilar la mayor parte posible del cuerpo de su rival para asustar a los demás. Sin embargo, en la práctica, estos monstruos humanos prosperan gracias a la violencia.
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