La mujer de esta fotografía falleció y un animal de la casa comenzó a comerse su cara, no hay más información. La interferencia animal post mortem en cadáveres o restos humanos es un fenómeno bien conocido por los investigadores forenses de muertes, la apariencia morfológica de estas lesiones puede ser malinterpretada por los oficiales de policía que investigan la escena del crimen sospechoso o por el médico consultado.
Con frecuencia, la interferencia animal post mortem destruye la cara, las manos y las piernas, ya que están desnudas y, por lo tanto, son fácilmente accesibles. Sin embargo, hay casos en los que se han observado tales lesiones en otras áreas del cuerpo que han sido cubiertas por las telas, incluidos los genitales, pero son poco frecuentes.
En los casos de depredación animal post mortem, el estado psicológico del animal es una posible razón de su comportamiento. Una posible explicación para tal comportamiento es que una mascota intentará ayudar a un dueño inconsciente primero lamiendo o empujando, pero cuando esto no produce ningún resultado, el comportamiento del animal puede volverse más frenético y, en un estado de pánico, puede llevar a morder. El motivo no es atacar al dueño, sino una especie de comportamiento de “desplazamiento” motivado por la confusión y el miedo. El hecho de que los esfuerzos del animal sean obviamente infructuosos explica por qué esto puede fácilmente escalar y culminar en una mutilación excesiva
Con frecuencia, la interferencia animal post mortem destruye la cara, las manos y las piernas, ya que están desnudas y, por lo tanto, son fácilmente accesibles. Sin embargo, hay casos en los que se han observado tales lesiones en otras áreas del cuerpo que han sido cubiertas por las telas, incluidos los genitales, pero son poco frecuentes.
En los casos de depredación animal post mortem, el estado psicológico del animal es una posible razón de su comportamiento. Una posible explicación para tal comportamiento es que una mascota intentará ayudar a un dueño inconsciente primero lamiendo o empujando, pero cuando esto no produce ningún resultado, el comportamiento del animal puede volverse más frenético y, en un estado de pánico, puede llevar a morder. El motivo no es atacar al dueño, sino una especie de comportamiento de “desplazamiento” motivado por la confusión y el miedo. El hecho de que los esfuerzos del animal sean obviamente infructuosos explica por qué esto puede fácilmente escalar y culminar en una mutilación excesiva
