Aún recuerdo cuando era solo un niño, cuando pusiste tus sucias y asquerosas manos sobre mi infantil cuerpo. Día tras día, año tras año, esto continuó, hasta el día de tu muerte. Recuerdo verte tumbado en esa cama, en tus últimos momentos. Tenía miedo de perderte, pero ¿por qué?
Solo me hacías daño. Simplemente pensé que eso era algo bueno, un juego entre los dos. No entendía que lo que hacías estaba mal. Creía que así era como debía ser, que esto era normal. Pero no lo era.
Ahora, vivo con el miedo constante hacia las personas y el contacto físico. Tu legado en mi vida es el miedo, la desconfianza, y una lucha diaria para encontrar paz y seguridad en mí mismo y en los demás. Lo que para mí era una confusión de sentimientos de niño, se ha convertido en una carga que llevo como adolescente.
Solo me hacías daño. Simplemente pensé que eso era algo bueno, un juego entre los dos. No entendía que lo que hacías estaba mal. Creía que así era como debía ser, que esto era normal. Pero no lo era.
Ahora, vivo con el miedo constante hacia las personas y el contacto físico. Tu legado en mi vida es el miedo, la desconfianza, y una lucha diaria para encontrar paz y seguridad en mí mismo y en los demás. Lo que para mí era una confusión de sentimientos de niño, se ha convertido en una carga que llevo como adolescente.