No me di cuenta de que te empezaste a alejar; estabas insatisfecho de tu propia miseria, no querías siquiera recordarlo; en algún momento me tomaste como a un ataque a lo profundo a tu alma, no quedándote más opción que defender tu doceavo país de ilusión, el cual ocultaba el sufrimiento del hombre. Más que una razón divina, solo pude ver un malentendido digno de los mortales, aunque no he de culpar a nadie, y menos a ti; pero no a ti, que esta leyendo esto.
Aquí tus 12 chicas rayadas a un vistazo

Yo:

Aquí tus 12 chicas rayadas a un vistazo


Yo:

