El 29 de octubre de 2005, tres chicas de un instituto cristiano privado: Theresia Morangke (15), Alfita Poliwo (17) y Yarni Sambue (17), fueron decapitadas por yihadistas musulmanes en Poso, en la isla indonesia de Sulawesi, una zona asolada por la violencia sectaria desde 2001. Los atacantes planearon las decapitaciones tras visitar Filipinas. En 2006, tres hombres fueron detenidos y en 2007 condenados por el crimen; uno de ellos fue condenado a 20 años de prisión y los otros a 14 años.
En Sulawesi central se produjo mucha violencia entre musulmanes y cristianos a finales del siglo XX y principios del XXI. La violencia más grave, los disturbios de Poso, se produjo entre 1998 y principios de 2000. Más de 1.000 personas murieron en disturbios y decenas de miles fueron expulsadas de sus hogares. Tras un período de relativa calma, las hostilidades se reavivaron por los rumores de que una muchacha musulmana había sido violada por un hombre cristiano. Miles de musulmanes y cristianos fueron asesinados durante el año siguiente, y se informa de que más de 60.000 familias huyeron de sus hogares en el proceso.
El acuerdo de paz de Malino se firmó en 2001 y produjo una drástica disminución de la violencia, pero en los años siguientes, la tensión y los ataques sistemáticos persistieron. En 2003, 13 cristianos fueron asesinados en el distrito de Poso por desconocidos armados y enmascarados. En mayo de 2005, un atentado con bomba en la cercana ciudad de Tentena mató a 22 personas e hirió a más de 30. Días después de los asesinatos, dos colegialas de 17 años fueron tiroteadas en la misma zona.
A las 6:30 de la mañana del 29 de octubre de 2005, la Jihad surgió de detrás de un grupo de hierba alta para emboscar a las cuatro chicas que se dirigían a la escuela. En cuestión de segundos, habían cortado la cabeza a tres de ellas con machete. Noviana, la más joven, sobrevivió, a pesar de las terribles heridas de machete en el cuello. Los cuerpos sin cabeza de sus primas, vestidas con sus uniformes escolares marrones, fueron arrojados al lado de una carretera cercana y muy transitada. Dos de las cabezas fueron encontradas a varios kilómetros de distancia, en el suburbio de Lege. La tercera, la de Theresia, fue dejada afuera de una iglesia cristiana recientemente construida en el pueblo de Kasiguncu. Junto a las cabezas cortadas, que fueron arrojadas en bolsas de plástico en el pueblo de las niñas, se dejó una nota que dice: "Se buscan: 100 cabezas más, adolescentes o adultas, hombres o mujeres; sangre con sangre, alma con alma, cabeza con cabeza".
Una semana después del ataque, un día después del funeral de Alfita, otras dos niñas cristianas, Ivon Maganti y Siti Nuraini, ambas de 17 años, fueron asesinadas a tiros por hombres enmascarados cuando caminaban hacia una reunión de Girl Scouts. Ellas y Noviana todavía están gravemente enfermas en el hospital. Los seis eran cristianos en una comunidad predominantemente musulmana.
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