Kelly Ronahan, una mujer que padece un trastorno ficticio autoimpuesto. Empezó a desangrarse afirmando que tenía algún tipo de trastorno misterioso que requería transfusiones de sangre periódicas para tratar el bajo nivel de hierro y hemoglobina en su sangre.
Se pellizcaba las piernas, las quemaba, se ponía productos químicos, se frotaba porquerías en las heridas. Al final, consiguió ir al médico lo suficiente para conseguir un "diagnóstico" de síndrome de Behcet. Teniendo en cuenta que no es un hombre de Oriente Medio y que no presentaba ninguno de los síntomas típicos, la mayoría de las personas informadas se percataron rápidamente de sus engaños.
Al final, la situación empeoró al punto de necesitar un trasplante de músculo e injertos de piel para cubrir los agujeros de la parte inferior de la pierna. A la par que se recuperaba en el hospital (bajo vigilancia y con vendajes resistentes que delatarían cualquier manipulación), sus piernas sanaron perfectamente. Los injertos, las otras "llagas" y las zonas donantes sanaron enseguida.
Poco después de que le dieran de alta, volvió a las mismas: con la zona del injerto de piel, pasando por la zona injertada, y con el resto de las piernas. Casi muere de sepsis y tuvieron que hacerle una doble amputación de urgencia por encima de la rodilla. Ahora tiene dos muñones. No se anda sabiendo nada de ella últimamente, apenas publica pequeñeces, al menos en comparación con la frecuencia con la que solía publicar.
Y ahora se da cuenta de que fingir estar enferma no es tan divertido.
Se pellizcaba las piernas, las quemaba, se ponía productos químicos, se frotaba porquerías en las heridas. Al final, consiguió ir al médico lo suficiente para conseguir un "diagnóstico" de síndrome de Behcet. Teniendo en cuenta que no es un hombre de Oriente Medio y que no presentaba ninguno de los síntomas típicos, la mayoría de las personas informadas se percataron rápidamente de sus engaños.
Al final, la situación empeoró al punto de necesitar un trasplante de músculo e injertos de piel para cubrir los agujeros de la parte inferior de la pierna. A la par que se recuperaba en el hospital (bajo vigilancia y con vendajes resistentes que delatarían cualquier manipulación), sus piernas sanaron perfectamente. Los injertos, las otras "llagas" y las zonas donantes sanaron enseguida.
Poco después de que le dieran de alta, volvió a las mismas: con la zona del injerto de piel, pasando por la zona injertada, y con el resto de las piernas. Casi muere de sepsis y tuvieron que hacerle una doble amputación de urgencia por encima de la rodilla. Ahora tiene dos muñones. No se anda sabiendo nada de ella últimamente, apenas publica pequeñeces, al menos en comparación con la frecuencia con la que solía publicar.
Y ahora se da cuenta de que fingir estar enferma no es tan divertido.