Marzo de 2016 – Belo Horizonte, Brasil. Un hombre de 37 años fue encontrado muerto por su padre en su residencia de la ciudad de Belo Horizonte. El fallecido yacía sobre un colchón en una habitación que utilizaba como dormitorio y su rostro quedó gravemente desfigurado.
A las 11 de la noche de la noche anterior, el padre escuchó un fuerte estruendo que sonó como fuegos artificiales, pero no le dio mucha importancia porque estaba jugando la selección nacional de fútbol y su hijo estaba acostumbrado a encender fuegos artificiales cuando jugaba el equipo (la selección masculina de Brasil). La selección de fútbol jugó dos partidos en las Eliminatorias Mundialistas de ese mes, contra Uruguay el día 26 y Paraguay el día 30, ambos partidos terminaron con empate 2-2).
La investigación reveló que el hijo se encontraba en un estado de depresión con problemas psiquiátricos, hacía uso de medicamentos recetados, acababa de terminar una relación romántica recientemente y atravesaba dificultades financieras.
Durante el examen del lugar, los investigadores observaron impactos de manchas de sangre en el techo, en la pared del fondo de la habitación, al pie de una escalera, y también en sus manos y brazos. Cerca de los pies de la víctima se encontraron fragmentos de una nariz y una boca.
Encima de unos utensilios apilados debajo de las escaleras se encontraban algunos fragmentos de tejido y una arcada dental superior de la víctima. Un fragmento de mayor tamaño de la arcada dental fue encontrado a la derecha y posterior al colchón, junto a la puerta de la habitación.
En el suelo y a la derecha del cuerpo de la víctima se encontraba un tubo de cartón de los que se utilizan para lanzar fuegos artificiales y un encendedor. En el suelo también se encontraron tubos de cartón más pequeños con impregnaciones de sangre.
En la habitación también se encontró sobre un mueble una botella que contenía granulado ennegrecido, que fue identificada como el insecticida Aldicarb.
A las 11 de la noche de la noche anterior, el padre escuchó un fuerte estruendo que sonó como fuegos artificiales, pero no le dio mucha importancia porque estaba jugando la selección nacional de fútbol y su hijo estaba acostumbrado a encender fuegos artificiales cuando jugaba el equipo (la selección masculina de Brasil). La selección de fútbol jugó dos partidos en las Eliminatorias Mundialistas de ese mes, contra Uruguay el día 26 y Paraguay el día 30, ambos partidos terminaron con empate 2-2).
La investigación reveló que el hijo se encontraba en un estado de depresión con problemas psiquiátricos, hacía uso de medicamentos recetados, acababa de terminar una relación romántica recientemente y atravesaba dificultades financieras.
Durante el examen del lugar, los investigadores observaron impactos de manchas de sangre en el techo, en la pared del fondo de la habitación, al pie de una escalera, y también en sus manos y brazos. Cerca de los pies de la víctima se encontraron fragmentos de una nariz y una boca.
Encima de unos utensilios apilados debajo de las escaleras se encontraban algunos fragmentos de tejido y una arcada dental superior de la víctima. Un fragmento de mayor tamaño de la arcada dental fue encontrado a la derecha y posterior al colchón, junto a la puerta de la habitación.
En el suelo y a la derecha del cuerpo de la víctima se encontraba un tubo de cartón de los que se utilizan para lanzar fuegos artificiales y un encendedor. En el suelo también se encontraron tubos de cartón más pequeños con impregnaciones de sangre.
En la habitación también se encontró sobre un mueble una botella que contenía granulado ennegrecido, que fue identificada como el insecticida Aldicarb.
