La casa de una joven china se convirtió en un maldito matadero. La pobre fue brutalmente violada y asesinada en su propia cama. El malnacido que la atacó le golpeó la cara tan salvajemente que dejó una mancha de sangre debajo de ella y salpicaduras en las paredes. Como si no fuera suficiente, terminó estrangulándola con un cinturón apretado alrededor del cuello. La escena era una puta pesadilla, con sangre por todos lados y una brutalidad que solo un monstruo podría haber desatado.