Esa noche tuve miedo, lo confieso. Mi vida es sencilla, cómoda y a veces hasta silenciosa, no hay razón para quejarse del ruido que aún no existe.
No suelo responder cuando la gente desconocida me habla, no me importa conocerlos. Pero esa noche antes de morir tuve que la curiosidad de saber cómo estuvo la tarde de la señora Eugenia, ella que siempre intenta hablarme cuando voy a comprar, no la miro porque avergonzada de mi actuar prefiero intentar ser invisible.
No lo soy, no soy invisible, tengo cuerpo y hasta un alma... Una que vagamente se esfuerza en existir, es lamentable que necesite de casi morir para darme cuenta que estaba viva.
No suelo responder cuando la gente desconocida me habla, no me importa conocerlos. Pero esa noche antes de morir tuve que la curiosidad de saber cómo estuvo la tarde de la señora Eugenia, ella que siempre intenta hablarme cuando voy a comprar, no la miro porque avergonzada de mi actuar prefiero intentar ser invisible.
No lo soy, no soy invisible, tengo cuerpo y hasta un alma... Una que vagamente se esfuerza en existir, es lamentable que necesite de casi morir para darme cuenta que estaba viva.